En todos los programas Ubuntu entrenamos el cuidado hacia uno mismo, hacia los demás y hacía el planeta. Creemos firmemente que cuidar genera vínculos entre los seres humanos y muchos vínculos generan comunidad. Por eso en la comunidad Ubuntu el cuidado lo aplicamos a través del afecto, la ternura y la escucha hacía la otra persona.
Es posible un mundo donde nadie queda fuera de la relación, donde cuidamos la palabra, saludamos al otro, pedimos perdón y tendemos puentes para resolver conflictos pacíficamente. La ética del cuidado que promueve la metodología Ubuntu está enfocada a este nuevo modo de entendernos, que tiene que ver mucho con “caminar juntos” para que cada uno sea lo que está llamado a ser, la mejor versión de sí mismo. Por eso en esta forma de “cuidar” no cabe el paternalismo ni la superioridad de aquellos que cuidan en relación con los que están siendo cuidados.
Aprender a cuidar, a escuchar, a acompañar. Cuidar aquello que fuimos, lo que somos y lo que seremos. Cuidar para crecer, cuidar para florecer, dejarse cuidar. Estas habilidades constituyen una característica esencial de la filosofía Ubuntu expresada en el día a día, en pequeños y grandes gestos. Quien cuida, construye relaciones. También consigo mismo, el cuidado de Ubuntu está enfocado a que cada uno seamos “el maestro de nuestro destino, el capitán de nuestra alma” en un ejercicio de delicadeza y de respeto profundo. Siempre juzgando poco y amando mucho.