“Cada uno de nosotros importa. Cada individuo marca una diferencia, cada día. Debemos usar el don de nuestras vidas para hacer de este mundo un lugar mejor para todos y todas” Jane Goodall
Jane Goodall nació el 3 de abril de 1934 en Londres en el seno de una familia de clase media, criándose en la posguerra en la casa familiar de Bournemouth, en el sur de Inglaterra.
Su interés por los animales empezó cuando era muy pequeña. Su primera experiencia real de observación de animales tuvo lugar cuando tenía 4 años. Se hospedaba con su madre en una granja en el campo y la encargaron recoger los huevos de las gallinas. Allí estuvo durante cuatro horas, sentada en el gallinero esperando a que una gallina pusiera un huevo. Cuando regresó a la granja su madre escuchó atentamente su relato sobre esta experiencia. Este fue el nacimiento de una pequeña científica, asegura Jane, ser curiosa, hacer preguntas, no tener la respuesta correcta, proponerte averiguarlo por ti misma, cometer un error, pero no rendirte y aprender a ser paciente.
Le encantaba estar al aire libre y aprender de la naturaleza. Entonces ya soñaba con que de mayor iba a ir a África a vivir con animales salvajes y escribir libros sobre ellos. Su madre le dijo “Si de verdad quieres hacer algo así, vas a tener que trabajar muy duro y aprovechar cada oportunidad, pero no te rindas”. Al final consiguió ir a África, tuvo esa oportunidad increíble.
A los 23 años viaja a Kenia, donde trabajó con el famoso antropólogo Louis Leakey, hasta que éste la envió en 1960 a Gombe, Tanzania, con la arriesgada misión de investigar por primera vez a los chimpancés salvajes de la zona. Con la sola compañía de su madre y un cocinero, plantó su tienda en la selva y comenzó su proyecto de investigación que duraría en teoría seis meses, y que continúa en el presente tras más de seis décadas.
Los resultados de sus investigaciones de campo revolucionaron a la comunidad científica. Su perseverancia, intuición, empatía y capacidad de observación permitieron aportar conocimiento en el hasta entonces desconocido mundo de los chimpancés. Jane a través de sus investigaciones ayudó a la ciencia a abandonar su pensamiento reduccionista en el cual los animales eran cosas, había una barrera que nos separaba de ellos y la especie humana ostentaba la supremacía del planeta.
Su trabajo ha sido fundamental no sólo para difundir conocimientos sobre los chimpancés y otras especies, sino también para generar empatía y afianzar su protección y la de sus ecosistemas, además de invitarnos a reflexionar sobre nuestra propia especie y promover un estilo de vida más sostenible en nuestras sociedades.
En el año 2020 durante una entrevista lanzo la siguiente pregunta al público ¿Qué sentido tiene que haya crecimiento económico infinito en un mundo con recursos naturales limitados? Jane aportó entonces un mensaje clave: “Tenemos que cambiar nuestra forma de ver las cosas. Tenemos que darnos cuenta del daño que estamos causando” “No olvides que cada día de tu vida estás influyendo sobre el planeta y tú puedes decidir qué tipo de aportación haces” De modo que, aunque parezcan pequeñas decisiones, como ¿qué compras? ¿qué vistes? ¿qué comes? Preguntate de donde viene. ¿Ha dañado el medioambiente? ¿Ha habido crueldad animal? ¿Es barato debido a la esclavitud infantil?
Poco a poco, el mundo está empezando a cambiar. Jane vive con esta esperanza, en primer lugar, por los jóvenes, que están cambiando el mundo haciendo proyectos para ayudar al medioambiente, a personas migrantes, haciendo voluntariado, etc. Es importante darnos cuenta de que cada día de nuestras vidas estamos influyendo y contribuyendo de alguna forma en el futuro de nuestra propia especie.
Ha sido considerada una de las mujeres científicas de mayor impacto en el siglo XX y una de las activistas más importantes del siglo XXI. Ha sido galardonada, entre otros con el premio Gandhi/King por la No Violencia, y nombrada como “Mensajera de la Paz” por Naciones Unidas.
Jane es un referente en la metodología Ubuntu, una constructora de puentes que da esperanza a las personas y esto es muy importante ya que si no hay esperanza nos rendimos y si nos rendimos es el fin.